Una cadena de cafeterías japonesa llamada Shiru Café le propone a sus clientes justo eso. La cafetería no se acepta el pago en efectivo, solo el pago con datos, y tiene un público objetivo muy específico: estudiantes. A cambio de cierta información — como nombre, universidad, número de identificación, año de graduación, experiencia laboral y competencias informáticas — los estudiantes reciben café gratis.
Shiru Café luego comparte los datos que recibe, de forma anónima, con empresas que están interesadas en contratar a esos estudiantes. Además, la idea es que los estudiantes beban su café en Shiru, que tiene wifi gratis y está llena de pantallas con publicidad de otras empresas.
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