Solo el año pasado, los distribuidores estadounidenses perdieron 47.000 millones de dólares en incidentes atribuibles a robos, errores y fraudes. Amazon, uno de los grupos de distribución más grandes del país, tiene una curiosa estrategia para evitar al menos uno de estos tres problemas.
Según ha revelado Business Insider, Amazon acostumbra a introducir paquetes ficticios en los camiones de sus repartidores para asegurarse de que nadie los esté robando. Los paquetes, que pueden estar vacíos o contener algún objeto para añadir peso, llevan una etiqueta falsa que arroja un error cuando el repartidor o conductor de turno la escanea.
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