Para aprovecharse de esta vulnerabilidad tan solo hace falta un archivo PDF infectado. Al abrir el documento malicioso, se despliega una técnica de piratería muy habitual, denominada desbordamiento de búfer.
Este termina provocando un error, porque el programa no es capaz de controlar la cantidad de datos que se copian dentro de un área de memoria determinada. En ese momento, los datos restantes se tienen que almacenar en otras áreas. Se produce un fallo de programación.
Hay que indicar que, por suerte, Adobe ya ha corregido estas vulnerabilidades. Así que en estos momentos, en principio, ya habrían sido subsanados.
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