Debido a que no hay forma de vigilar los mensajes —al estar cifrados— las alarmas saltan con ciertos nombres o foto de grupos, activando un mecanismo automático de seguridad que suspende las cuentas de todos aquellos que estén dentro.
La broma que se ha viralizado en forma de desafío, ha dejado a un número no determinado de usuarios sin cuentas de WhatsApp y en redes sociales empiezan a aparecer mensajes de personas que han sido víctimas.
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