Una de las grandes empresas que decidió apostar por flexibilidad horaria y horario continuado fue Iberdrola, ya hace años. Y sorprendentemente se encontró con gran resistencia por parte de los empleados, que no sabían que iban a hacer con toda la tarde por delante. Con el paso del tiempo encontraron las bondades de este tipo de horarios y reconocen que ahora aprovechan mejor el tiempo, tanto dentro como fuera del trabajo y llegan más descansados y relajados al día siguiente.
El estrés lo generamos nosotros mismos
Siempre es mejor tener flexibilidad que no tenerla, pero al final hay muchas personas que tienen la tendencia a ocupar todo su tiempo libre haciendo algo, imponiéndose obligaciones ya que de otra manera sienten que están desaprovechando su tiempo. Curiosamente a veces esto no pasa en la empresa, donde la productividad y acabar con las tareas asignadas no parece ser su objetivo en muchos casos.
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