La explosión en el aula de materias como programación o robótica está ya cerca de producirse en ciertos países como España. Scratch y lenguajes visuales ya forman parte del vocabulario común en centros educativos y son varias las marcas que apuestan fuerte por tener presencia en sus aulas.
Bq es una de las más potentes ahora mismo en España, con impresoras 3D, kits de electrónica y recientemente, con un robot destinado al público de menos edad (ha salido en colaboración con Clan de RTVE) pero que esconde algún secreto. Ese equipo se llama Zowi y en Xataka lo hemos estado probando para comprobar si alcanza el objetivo de ser un robot educativo válido y si puede ir incluso más allá.
Zowi en vídeo
Zowi y los niños
Tras mi experiencia con otros robots que pretendían conquistar a los más pequeños de la casa (tienes nuestro reciente análisis de Dash&Dot), tengo claro que la primera impresión es clave cuando queremos que un niño se sienta atraído por un elemento con el que queremos que pase tiempo no solo como entretenimiento directo y concreto sino con cierto propósito educativo.
Zowi he de decir que cumple con esa primera misión de un robot educativo que se precie. Nada más sacarlo de la caja, en casa se convierte en una especie de mascota. Lo cogen, miran, tocan y hasta abrazan. Tanto tamaño como material o textura resulta agradable, y la apariencia en cierto modo de androide nos parece un acierto. El acabado es en plástico, bastante resistente a primera vista, pero ojo con los golpes o caídas porque hay ciertas partes móviles en la zona de las patas que pueden quedar dañadas fácilmente.
Aunque Zowi nos demanda instalar aplicación para móviles y tablets (por cierto, solo disponible para terminales Android, nada de iOS) , Bq le ha colocado unos botones físicos para poder interaccionar de forma muy elemental con él sin teléfono de por medio.
El primer botón es el de encendido, y justo abajo tenemos los botones A y B. El primero sirve para hacer que Zowi se mueva como si estuviera bailando, mientras que el B pone en alerta los sensores de sonido para que Zowi ande y vaya esquivando grandes objetos o nuestra mano gracias a que es capaz de detectar esos obstáculos a la altura de sus ojos (que es donde están los sensores de ultrasonidos).
Todavía hay un modo más predefinido que se activa pulsando a la vez ambos botones A+B. En ese caso Zowi irá reaccionando de forma diferente según le demos un pequeño golpe en la cabeza o palmadas cerca. En este caso se ponen en marcha los micrófonos que actúan a modo de sensores de sonido. Esos dos botones, como veremos más adelante, son programables y podemos dejarlos asociados a otras acciones que nos resulten más interesantes.
Otra opción con bastante éxito para "conocer" a Zowi tiene que ver con la personalización que se puede hacer con ayuda de las pegatinas que se incluyen. No son muchas pero sí un éxito garantizado entre los más pequeños. Aunque ya se escapa del ámbito de la mayoría de hogares, Zowi está preparado para poder personalizar sus piezas con ayuda de una impresora 3D.
Estas primeras aplicaciones son sencillas y de interés para que los más pequeños puedan interactuar con Zowi y ganar interés de cara a poder ir más allá en sus aplicaciones educativas e incluso de entretenimiento.
Un robot al que podemos verle y tocar "las tripas"
Otra faceta que nos permite Zowi es comprobar cómo es por dentro. Sí, Bq invita a que abramos a Zowi por su cabeza y nos da una herramienta e instrucciones para ello. Lo inmediatamente accesible es su placa controladora y las conexiones de todos sus sensores y actuadores. A nivel educativo resulta bastante interesante que los niños comprueben por sí mismos y vean/toquen de primera mano cómo es la electrónica del cerebro y actuadores de Zowi. Que muestren más o menos interés a partir de este punto ya depende de lo inquietos, curiosos e interesados que estén en aspectos de la robótica o la programación.
Una vez que ya conocemos las funciones básicas del robot y lo hemos visto por dentro, es hora de poner a prueba la aplicación. La conexión con el robot es inmediata, pero la pierde a menudo cuando nos movemos por menús de la aplicación y es necesario apagar y encender el robot o salir de la aplicación para recuperarla. Esta situación es peligrosa en tanto que acaba con la paciencia de un niño, que suele querer que todo funcione sin alteraciones o intervención de un adulto.
En la aplicación nos encontramos con un modo de control remoto de Zowi (Game Pad) que permite movernos en todas direcciones y realizar diferentes acciones combinadas como puede ser que Zowi se siente y haga ruidos/gestos o que mantenga el equilibrio sobre una sola de sus patas.
Esta función es la que más éxito ha tenido entre nuestros probadores de 3 y 5 años. Las únicas quejas tienen que ver con la lentitud de los movimientos (hay cierta idea con estos robots a que pueden funcionar más como vehículo teledirigido que como un robot que anda y se mueve lentamente), y del lado de los padres/tutores, por el ruido (no excesivo pero presente) de Zowi al mover sus "articulaciones".
Más interactivas son los otros dos modos disponibles de serie en la aplicación. Una se llama 3,2,1 Acción, y con ella se pueden dar los primeros pasos para asimilar la generación de instrucciones en serie para que el robot Zowi las ejecute. El usuario puede escoger diferentes acciones de desplazamiento o personalización de la boca del robot (que cuenta con varios LEDs configurables para ello) y comprobar cómo Zowi las realiza tal y como le hemos indicado.
Un tercer juego de serie es Repite con Zowi. Aquí los más pequeños tienen otra oportunidad de interacción con el robot para verlo como algo más cercano. Lo que hay que hacer aquí es tratar de repetir los movimientos que realiza el robot con ayuda de las funciones de la aplicación. Conforme vamos avanzando en el uso de las aplicaciones básicas se van desbloqueando pequeñas opciones de cada una de ellas.
En una segunda parte de la aplicación nos encontramos con parte de las posibilidades que deja Zowi al usuario, desde conocer cómo es por dentro hasta aprender paso por paso diferentes proyectos más complejos. Pero eso vamos a verlo a continuación.
Compatibilidad Arduino para ir más allá
Bajo la apariencia de un robot infantil, Zowi es en realidad un proyecto base con el que hay potencial para ir mucho más allá. De entrada estamos hablando de un "cerebro" o placa controladora de Bq y compatible con Arduino.
Con Zowi podemos programar y trabajar tanto con los actuadores como con los sensores. De forma nativa, Zowi incluye bajo unos inocentes ojos dos sensores: uno es de ultrasonidos y válido para conocer cuánta distancia hay entre el robot y un objeto u obstáculo, y otro es de sonido. Que cuente con una placa programable nos debería dar más campo de acción, y de hecho parece que eso es lo que pretende Bq. Sin embargo, la realidad ahora mismo es que no es algo tan directo como debería por el perfil de público que busca.
La compañía ha empleado como placa un modelo compatible con Arduino pero donde los pines digitales ya están ocupados por los sensores y actuadores de serie del robot. Quedan libres los analógicos que nos permitirían ampliar sus funciones con sensores y componentes compatibles con Arduino, pero perderíamos el potencial de poder usar de forma directa un lenguaje visual como Bitbloq, que es parte del atractivo de Zowi.
Ese lenguaje y aplicación que ha creado Bq para sus dispositivos programables, es similar en concepto a Scratch, y nos permite programar por bloques y ver los efectos en Zowi de forma directa. Tanto en la web como en la comunidad hay ya algunos proyectos que usan BitBloq2 para conseguir distintos escenarios de funcionamiento de Zowi, pero el potencial que alberga nos parece que por ahora está limitado. Pero es solucionable.
Lo lógico sería esperar por parte de Zowi la comercialización de diferentes componentes con los que poder ampliar las opciones de acción y programación del robot, especialmente de cara a usarlo en un aula o con los niños de más edad.
Sin embargo no parece que por ahora sea su intención si tenemos en cuenta que para el ámbito educativo tienen otras soluciones modulares mucho más potentes y configurables con las que en cierta manera, este Zowi que cuesta 99 euros (lo que hemos encontrado justifica el precio), se solapa.
El robot Zowi ha sido cedido para la prueba por parte de bq. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
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La noticia Probamos Zowi, un robot con cerebro Arduino que puede dar más de lo que aparenta fue publicada originalmente en Xataka por Javier Penalva .
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